Para 1994, es decir, antes del estallido de la crisis, la proporción de cartera vencida con respecto a la cartera total y los activos de las más importantes instituciones bancarias mexicanas eran muy grandes, entre ellas, Banamex que fue incluido en el Programa de Capitalización y Compra de Cartera (PCCC) aunque mostraba índices de capitalización superiores a los exigidos por la ley y gozaba de una excelente administración, se benefició del rescate al mismo tiempo que reportó utilidades, redujo sus reservas de riesgo y pagó dividendos a los accionistas. El Fobaproa le firmó a Banamex dos pagarés por la compra de cartera con el aval del gobierno federal. El primero, firmado el 15 de diciembre de 1995, por $9, 030, 730, 379.94 M.N., el segundo pagaré, se firmó el 31 de diciembre de 1996 por $8,000 millones de pesos. Después de la auditoría Mackey, en el caso de Banamex, éste resultó ser uno de los casos más controvertidos durante el proceso de rescate. En 2002, el entonces Contralor del